Tu Corazón | 05 oct. 2018
Colesterol elevado
¿Qué es el colesterol?
El colesterol es una sustancia grasa que está presente en todos los tejidos de nuestro cuerpo y es necesario para el normal funcionamiento del organismo. Sirve como materia prima para las membranas (paredes) de las células y para la síntesis (fabricación) de hormonas como por ejemplo los estrógenos y andrógenos.
Puede ingresar al organismo a través de dos vías: una interna, generada por el hígado y otra externa, a través de los alimentos de origen animal como la carne y los productos lácteos que ingerimos.
El aumento del colesterol, también conocido como hipercolesterolemia, dislipemia o dislipidemia, es producido por múltiples causas. Algunas de ellas no pueden modificarse porque son generadas por alteraciones genéticas, alteración en el metabolismo, propio de cada individuo, generalmente con antecedentes familiares. Otras, en cambio, tienen que ver con un estilo de vida no saludable: una alimentación inadecuada, rica en grasas y pobre en fibras, la falta de ejercicio, el sedentarismo, la obesidad central (tener grasas especialmente en el abdomen), fumar y otras enfermedades como la diabetes o los trastornos hormonales de las tiroides.
¿Cómo se diagnostica?
El colesterol elevado se diagnostica con un análisis de sangre de laboratorio. En general, los expertos recomiendan hacerse la primera medición a los 20 años y luego cada 5 años si el resultado es normal, es decir, si el valor obtenido se encuentra por debajo de 200 mg/dl. Si el colesterol se encuentra elevado, el médico definirá el tipo de tratamiento y la frecuencia con que deben hacerse los controles.
¿El aumento de colesterol provoca síntomas?
La elevación de colesterol en sangre no provoca síntomas. No se relaciona con dolores de cabeza, cansancio ni otros síntomas. Las manifestaciones de la dislipemia son sus consecuencias tardías cuando no se ha controlado por largo tiempo y entre ellas cabe destacar la enfermedad coronaria (obstrucción de las arterias del corazón por depósito de grasas y otras sustancias) el accidente cerebrovascular, los aneurismas de aorta y la enfermedad vascular periférica (obstrucción de arterias de las piernas, riñones, cerebro, etc).
Por esta razón, es importante controlarse el colesterol periódicamente y realizar el tratamiento en caso de que fuera necesario. No esperes a darte cuenta por las consecuencias, concurrí a tu médico y controlá tu riesgo cardiovascular.
¿Cuál es su tratamiento?
La mejor y más efectiva forma de controlar el colesterol es a través de una alimentación sana y equilibrada, evitando el consumo de grasas trans y saturadas, aumentado el consumo de frutas y verduras, fibras, pescados de mar que son fuente de Omega 3. Realizar al menos 30 minutos de actividad física diaria, y en casos en los que el medico lo considere necesario, medicación.
¿Cómo se controla?
La mejor y más efectiva forma de controlar el colesterol es a través de un tratamiento trípode: alimentación, ejercicio, y en algunos casos, medicación. Es importante tener en cuenta que el colesterol elevado no se cura, se controla. Una vez que se alcanzan los valores deseados, habitualmente se mantiene el tratamiento de por vida.
¿Cuáles son los valores recomendados de colesterol, LDL-col y HDL-col?
Tipos de colesterol:
Para llegar a los lugares del organismo donde es necesario, el colesterol es transportado por la sangre unido a proteínas denominadas lipoproteínas. Algunas lipoproteínas se encargan del transporte del colesterol sobrante desde los órganos hacia el hígado donde es reciclado. Estas lipoproteínas que retiran el colesterol se denominan HDL (sigla correspondiente en ingles a la expresión lipoproteínas de alta densidad). Otras lipoproteínas transportan el colesterol desde el hígado hacia el resto de los órganos. Estas se llaman LDL (sigla en inglés para lipoproteínas de baja densidad). Cuando existe mucho colesterol para transportar hacia los órganos (ya sea porque se genera mucho LDL en el hígado o se ingieren muchos alimentos ricos en colesterol) las células de nuestro organismo absorben el que necesitan y el resto queda circulando en la sangre como colesterol-LDL. Este colesterol-LDL circulante se deposita en las paredes de las arterias y las daña causando obstrucciones (proceso llamado aterosclerosis). Por este motivo el colesterol-LDL debe ser bajo.
Las HDL hacen lo contrario, y de alguna manera “limpian” el colesterol sobrante y lo transportan hacia el hígado donde se deposita o es excretado. Por este motivo es deseable tener el colesterol-HDL elevado.
Existen otras sustancias lipídicas (grasas) en la sangre además del colesterol. Entre ellas están los triglicéridos, cuya elevación también puede ocasionar problemas cardiovasculares.